Entré en La Marisma en 1992 cuando aún estaba el sistema de la Logse. Pienso que fue un acierto abrir ese instituto en El Torrejón pues era una zona que lo necesitaba. Si los chicos querían estudiar tenían que irse al Fuentepiña o al Alto Conquero.

La Marisma tiene un nivel de formación como cualquier otro instituto de la ciudad y cuenta con unos profesores encantadores que siempre están intentando motivarte.

Podéis leer la entrevista en el siguiente enlace: